Los humanos siempre estamos buscando esa chispa que nos ayude a movernos cuando estamos atascados. Sabemos lo que tenemos que hacer, pero estamos luchando contra nosotros mismos para hacerlo realmente. Además, es fácil no cumplir con nuestros compromisos con nosotros mismos, “Simplemente no estoy motivado”.

Podemos revisar Instagram para ver algunos videos de ejercicios, Youtube para ver discursos motivacionales o leer un artículo como este para ponernos en marcha. Puede funcionar de vez en cuando, pero la mayoría de las veces, solo estarás mirando tu pantalla y posponiéndola para otro día.

El problema de confiar en la motivación para moverse es que este sentimiento es fugaz e inconsistente. Es genial cuando nos sentimos alineados con nuestros objetivos y podemos aprovecharlo, pero si no lo tenemos, no es muy útil esperar a que ese sentimiento regrese, ya que puede llevar bastante tiempo.

Hay dos partes para resolver este problema de motivación:

1. Abordar lo que se interpone en el camino

Cuando nos sentimos apáticos o desmotivados, generalmente sucede algo más en nuestras vidas que influye en la forma en que pensamos sobre el logro de nuestras metas. Puede ser que nos sintamos estresados, abrumados o ansiosos, y pasemos mucho tiempo tratando de apagar incendios y dando prioridad a otras tareas.

La práctica de la meditación, la atención plena y la respiración es esencial para tener una mejor mentalidad para enfrentar estos desafíos de manera más efectiva. Esta mentalidad nos permite ahorrar energía y estar en un estado mental calculado y tranquilo.

La falta de motivación puede disfrazarse de un dolor emocional más profundo, como la vergüenza, la culpa, la ira o el resentimiento. Cuando nos sentimos emocionalmente pesados ​​y agobiados, cada área de nuestra vida se vuelve más difícil.

Examinemos estos sentimientos que tenemos sobre nosotros mismos y el mundo y sus historias. Podemos identificar lo que es verdad o simplemente una invención. Cuanta más verdad y claridad tenemos, más ligeros y claros nos sentimos, y esta es la energía de la motivación y el impulso.

Estar demasiado enfocado en el resultado quita nuestra intención de dar al proceso. Tendemos a adelantarnos demasiado ya apegarnos al resultado, y cuando no vemos los comentarios que queremos, nuestra motivación decae.

Un enfoque más útil es seguir día a día las estrategias requeridas para obtener el objetivo final. Este enfoque nos permite dar más presencia y conciencia a aquello en lo que podemos influir diariamente, haciéndolo más manejable y más sencillo. El éxito no es un viaje lineal; hay altibajos, pero lo lograremos más rápido y más fácilmente si nos apegamos al proceso.

“Odio cada minuto de entrenamiento. Pero dije, no te rindas. Sufre ahora y vive el resto de tu vida como un campeón”. – muhammad alí

En resumen, esto es lo que afecta nuestra motivación:

  • Aparecen problemas y desafíos en nuestras vidas que nos quitan tiempo, energía e impulso.
  • Un estado emocional pesado y la historia que nos contamos al respecto, que nos mantiene estancados.
  • Centrado demasiado en el resultado en lugar del proceso requerido para lograrlo.

La segunda parte para resolver este problema de motivación es no necesitar motivación en absoluto, sino aprovechar una estrategia mucho más poderosa.

2. Crear impulso

Cuantas más acciones tomamos, más impulso tenemos, cuanto más impulso tenemos, más motivados estamos. Requiere que superemos la resistencia inicial de extendernos y salir de nuestra zona de confort. Aún así, cuanto más a menudo lo hacemos, más fácil se vuelve este proceso.

El poder de los bucles de retroalimentación positiva es que la acción positiva conduce a resultados positivos, lo que conduce a sentimientos positivos (motivación). El efecto de bola de nieve aumenta y aumenta la velocidad, y una vez que comienza, es difícil reducir la velocidad.

Lo que puede romper el impulso y hacernos retroceder es mirar las cosas equivocadas. El cerebro humano está diseñado para la negatividad, por lo que tendemos a concentrarnos y energía en algo que percibimos que no va bien. Podemos perder de vista las pequeñas victorias y victorias en el camino.

El impulso se manifiesta a través de un diario y un trabajo basado en la autorreflexión. Este proceso crea asociaciones más fuertes con los cambios y los pasos que estamos dando, incluso si aún no se ha manifestado en un resultado tangible. La creación constante de impulso nos lleva a separarnos del resultado y, en cambio, a centrarnos en el proceso.

“La gente motivada siempre encuentra la manera. Las personas desmotivadas siempre encontrarán la manera de no hacerlo”. – Ed Latimore

Luchar por la perfección o la mentalidad de “todo o nada” es una de las formas más ineficaces de crear impulso. Lo que sucede típicamente es que una vez que “nos equivocamos”, nos decimos a nosotros mismos que comenzaremos de nuevo la próxima semana u otra fecha arbitraria. Este ciclo de ser consistentemente inconsistente continúa una y otra vez.

Necesitamos entender que nos equivocaremos de vez en cuando, las cosas sucederán más allá de nuestro control y tenemos que continuar donde lo dejamos. En última instancia, esta perspectiva hará que alcanzar nuestros objetivos sea más rápido, más fácil y más placentero.

Podemos crear más motivación e impulso en nuestras vidas a través de estas prácticas estrategias. Aún así, también es importante comprender que la práctica continua del compromiso con nuestras metas y deseos debe tener prioridad sobre cómo nos sentimos actualmente en este momento.

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